Contaminación perjudicial

En virtud del artículo IX del OST, los Estados están obligados a evitar la contaminación nociva del espacio. Este concepto suele entenderse en sentido amplio, abarcando todos los posibles cambios del entorno del espacio ultraterrestre intencionados o deliberados que pudieran resultar perjudiciales para las actividades de otros actores. En este sentido, la creación de desechos espaciales sería un ejemplo de una forma de contaminación nociva. Cabe señalar, sin embargo, que el artículo IX no especifica qué medidas serían apropiadas para evitar la contaminación nociva ni cuándo deberían adoptarse tales medidas, es decir, qué grado o nivel de cuidado se exige a los Estados para evitar la contaminación nociva.

La contaminación nociva también puede referirse más específicamente a la alteración adversa del espacio ultraterrestre y los cuerpos celestes con contaminantes procedentes de la Tierra. Del mismo modo, el artículo IX del OST establece la obligación de evitar “cambios desfavorables” en el medio ambiente de la Tierra por la introducción de materia extraterrestre. Algunos consideran que la contaminación nociva y los cambios desfavorables son conceptos jurídicos separados —el primero se refiere exclusivamente al espacio y los cuerpos celestes, y el segundo sólo a la Tierra—, pero hay otros que consideran que ambos conceptos se engloban bajo el paraguas de la contaminación nociva; habiendo distinguido entre dos tipos de contaminación, las partes interesadas deben ser conscientes de ello y tratar de evitar los siguientes tipos:

• Contaminación hacia adelante se refiere a la introducción de microbios terrestres en otros planetas.
• Contaminación retrospectiva se refiere a traer materia extraterrestre de vuelta al planeta Tierra de manera que crearía “cambios desfavorables en el medio ambiente de la Tierra como consecuencia de la introducción en él de materias extraterrestres”.